Plazas Bolívar del estado Táchira

El Patrimonio Tachirense

El Patrimonio Tachirense

El patrimonio está constituido por bienes naturales y de interés cultural que se encuentran en el territorio nacional. En este caso en territorio de nuestro estado Táchira. Y es que en nuestra región se encuentran hermosos y sorprendentes paisajes en medio de una zona geológica de infinita riqueza: este es nuestro patrimonio cultural.

La paleontología es la ciencia que estudia los seres orgánicos cuyos restos se han transformado en fósiles. En nuestros suelos se han encontrado evidencias muy antiguas de complejas formas de vida: la flora de hace millones de años, los restos de animales extintos, como las dos especies de dinosaurios hayados cerca de La Grita y los caracoles marinos que abundan en nuestros suelos.

Todos ellos forman parte de la riqueza paleontológica del estado. Las muestras de este patrimonio se encuentran en los sectores denominados “corredores paleontológicos” donde los fósiles, restos orgánicos, o huellas de actividad orgánica conservada en piedra son fácilmente visibles y abundantes.

En sabanas y montañas, en las cercanías de quebradas, pero también en sitios que hoy ocupan edificaciones se han encontrado un gran número de petroglifos. Estas piedras talladas hace ciento de años son un testimonio inestimable de la vida de nuestros ancestros. Sus figuras guardan significados que están todavía en proceso de estudio, y que han sido interpretados como hitos de información o señalización territorial, lugares de culto o indicadores de sitios funerarios.

Los pueblos autóctonos que poblaron nuestro territorio antes de la llegada de los europeos dejaron toda una serie de productos materiales esparcidos por muchos lugares. Estos dan testimonio de una compleja forma de vida y de significativos conceptos que orientaban su vida, y que dieron como resultado creaciones artísticas y rituales. Instrumentos de caza, restos cerámicos, así como estructuras en piedra dan muestra de impactantes desarrollos creativos de nuestros aborígenes y constituyen nuestro patrimonio arqueológico.

El metate es una piedra de moler de superficie plana y ligeramente cóncava usada para moler granos, principalmente maíz, trigo, café, y otros tipos de semillas, Para usarlo, las mujeres se arrodillaban y con sus manos tomaban un rodillo de piedra, a veces totalmente redondo, con el que estrujaban los productos en sus superficies. Este instrumento es conocido como mano.

Muchos metates pertenecen al periodo prehispánico pero su uso también se extendió durante la colonia. Fue sustituido posteriormente por los molinos de piedra y otros instrumentos, pero en los campos siguió utilizándose hasta bien entrado el siglo XX y son uno de los testimonios históricos más numerosos que se encuentran en todo el Táchira.

A pesar de la destrucción por causas naturales o por desapego o desinterés, las edificaciones y objetos que dan cuenta de la vida colonial, período en el cual se gestó la base de la nacionalidad han sobrevivido pequeñas huellas de arte colonial así como instrumentos de esta época que se encuentran en casa de pueblos y campos de nuestros municipios.

Durante las décadas finales del siglo XVIII, el discurrir del XIX, y los primeros años del siglo XX se produce una manera muy accidentada un largo proceso histórico que pasa por la ruptura del orden colonial y el surgimientos de una nueva República para cumplir con su consolidación definida como Estado Nación. Una vez instaurado los Gobiernos de Castro y Gómez tras ese largo, rico, y contradictorio período fundacional se comienza a gestar la nueva imagen de nuestra comarca.

De estos tiempos provienen los más numerosos testimonios patrimoniales, productos del resurgir inusitado de la economía regional. Arquitectura, instituciones, y muchos elementos dan testimonio del camino de desarrollo que a punta de sangre y fuego emprendió la región donde nacieron más de media docena de gobernantes, un gran número de militares, educadores, intelectuales, artistas, y ciudadanos que contribuyeron a formar nuestra nacionalidad. Es deber de todos los tachirenses velar por la conservación, y protección del Patrimonio Cultural del nuestro estado Táchira.

Ubicación de yacimientos arqueológicos y material localizado en las excavaciones realizadas por  el Departamento de Antropología del estado Táchira.

Excavación 1977  | Figura antropomorfa: El Guamo, Municipio García de Hevia.

Excavación 1978-2004-2005 | Collar de cuentas de Caracaol: Santa Filomena y La Mata, Municipio Seboruco.

Excavación 1978 | Vasija: La Rochela, Delicias, Municipio Rafael Urdaneta.

Excavación 1980 | Figura antropomorfa: Babukena, Municipio Jáuregui.

Excavación 1985-1986 | Vasija: Pie de Cuesta – Zorca,  Municipio Capacho Nuevo.

Excavación 1987 | Estructura de piedra: El Porvenir, Municipio Uribante.

Excavación 1988 | Vasija policroma: El Ceibal, Municipio Capacho Viejo.

Excavación 1993 | Figura zoomorfa de Azabache: Colinas de Queniquea, Municipio Sucre.

Excavación 1994 | Aguja de hueso: El Ceibal, Municipio Capacho Viejo.

Excavación 1995 | Mintoy “Angostura” | Municipio Simón Rodríguez.

Excavación 2003 | Vista del Muro: La  Poncha, Municipio Uribante.

Excavación 2003 | Vasija globular: San Joaquín de Navay, Municipio Libertador.

Petroglifo: El Uvito, Municipio Michelena.

Martillo: San José de Bolívar, Municipio Francisco de Miranda.

Museo Antropológico del Táchira

Creencias

Desde sus orígenes, el hombre, ha manifestado una serie de creencias especialmente en la existencia de seres y/o deidades o fuerzas superiores que lo controlan y ayudan a controlar aquellos fenómenos naturales o culturales sobre los cuales no tiene conocimiento, pues desconoce las causas que los originan. De esta manera busca respuestas y explicaciones, sobreponiéndose a sus temores ancestrales.

El conjunto de sentimientos, creencias y prácticas que el hombre ha desarrollado y organizado en sistema de ideas y representaciones constituye lo que denominamos Religión. Pero las formas de comportamiento religioso varían de una cultura a otra. Existen diferentes deidades y/o dioses, sobre los cuales la población general o parcial tiene ciertas ideas, les atribuye características especiales o creencias particulares así como también  difieren las celebraciones, representaciones, ritos, y ofrendas que se practican para el logro de las satisfacciones requeridas en cada sociedad. “Las manifestaciones sobre todo las formas de vivirlas varían según las costumbres, leyendas del pueblo y a nivel de la formación y mentalidad de los que la practican y los que la estudian”. (Santander, Gilberto, 1986-513).

La magia y la religión son dos conceptos que aparecen muy unidos en las culturas populares porque ambos se afincan en la puesta en práctica de ciertas acciones desencadenantes de poderes sobrenaturales que pueden ejercer control sobre los hechos reales o avatares que se ciernen sobre la existencia particular o social de los hechos reales o avatares que se ciernen sobre la existencia particular o social del hombre y la naturaleza, invocando seres superiores que solucionen los problemas planteados favorable o desfavorable según el caso.

La comunicación con estos seres superiores a fin de invocar su ayuda, se puede realizar en forma privada, es decir personalmente o bien a través de intermediarios que en este caso son otros hombres o mujeres que se consideran tienen poderes especiales o una educación especial con amplios conocimientos sobre el tema religioso, lo cual les permite establecer la comunicación necesaria entre lo humano y los sobre natural. Función que generalmente asumen los llamados brujos, rezanderos, magos o ministros de los diferentes cultos religiosos.

La realización de ritos, prácticas, ofrendas, o ceremonias especiales, relacionadas con las diferentes religiones, generalmente poseen una infraestructura: sitio especial o local, donde se desarrollan todas estas actividades. En las habitaciones particulares la gente acostumbra a tener altares, capillas pequeñas o bien un rincón de la casa donde se conservan las imágenes de los espíritus, dioses, demonios o deidades que representan su creencia, y ante las cuales colocan sus respectivas ofrendas.

La profusión de capillas y capillitas privadas que se encuentran en el sector rural, especialmente hacia el norte del estado, demuestran un sentimiento religioso arraigado del pueblo tachirense donde se conjugan las creencias ancestrales y populares con las doctrinas religiosas oficiales, constituyendo así otra característica tradicional de la cultura tachirense. (Texto: Museo Antropológico del Táchira)

Corte Malandra

La espiritualidad junto a la tradición oral han permitido que algunos muertos sean recordados para toda la vida. Placas, velones y objetos son llevados a las -almas milagrosas- consideradas por comunidades espiritistas. El culto a los muertos se conserva de forma discreta en el camposanto de la ciudad de San Cristóbal.

Pintada con colores claros, y adornada con placas en agradecimiento se encuentra la tumba del delincuente Luis Alberto Méndez, fallecido el 29 de marzo de 1982. Esta persona fue de interés para organismos policiales, pues varias veces fue intentado apresar por sus actos vandálicos; mientras que para los habitantes de los barrios populares se convirtió en un delincuente milagroso. Contreras (2011) afirma:

Luego de varios enfrentamientos armados con las autoridades policiales, finalmente es abatido por una comisión mixta de funcionarios de la Policía Técnica Judicial y la Dirección de Inteligencia Militar, el peligroso delincuente Luis Alberto Méndez, alias Cabeza de Hacha, considerado el enemigo público número uno en la localidad. El hecho ha sucedido en el Barrio Andrés Eloy Blanco, aledaño a la Cuesta del Trapiche, en la zona sur de San Cristóbal (p.497).

Cabeza de Hacha - Yoser Linares
La misma foto del retrato en la lápida fue usada en la prensa regional para solicitar al rebelde ante la justicia . Yoser Linares (2017)

Sin embargo, la muerte de Cabeza de Hacha parece ser un misterio, pues luego de su entierro pasó a formar parte del culto de la corte calé, una de las 21 cortes espirituales, según comunidades venezolanas (grupos devotos a sistemas religiosos de origen africano). De manera que, algunos comentarios aseguran que Méndez se suicidó, aunque prevalece la versión más contada: “Se crío en el 23 de Enero, era un malandro que robaba para darle a los pobres, él era como Robin Hood. Su muerte fue a manos de la policía, gracias a la traición de su novia que lo entregó”, así comenta usuario en el foro «espiritismo» de la revista Ashé.

Mientras tanto con el pasar de los años Cabeza de Hacha sigue siendo visitado por personas adeptas a la corte calé o corte malandra (santos malandros), perteneciente al culto mariolencero, una las tres potencias -prácticas  religiosas en honor a María Lionza, Cacique Guaicaipuro, y Negro Felipe-. Otro usuario espiritista aseguró tener contacto con el difunto:

Su palabra es: “Que pasó panela”. No he tenido la oportunidad de preguntarle cómo fue su muerte, pero es ¡tremendo espíritu!, ¡tremendo pana! Él trabaja en el mundo espiritual de la mano de «Carmen, La Gata» otra malandra.