Corte Malandra

La espiritualidad junto a la tradición oral han permitido que algunos muertos sean recordados para toda la vida. Placas, velones y objetos son llevados a las -almas milagrosas- consideradas por comunidades espiritistas. El culto a los muertos se conserva de forma discreta en el camposanto de la ciudad de San Cristóbal.

Pintada con colores claros, y adornada con placas en agradecimiento se encuentra la tumba del delincuente Luis Alberto Méndez, fallecido el 29 de marzo de 1982. Esta persona fue de interés para organismos policiales, pues varias veces fue intentado apresar por sus actos vandálicos; mientras que para los habitantes de los barrios populares se convirtió en un delincuente milagroso. Contreras (2011) afirma:

Luego de varios enfrentamientos armados con las autoridades policiales, finalmente es abatido por una comisión mixta de funcionarios de la Policía Técnica Judicial y la Dirección de Inteligencia Militar, el peligroso delincuente Luis Alberto Méndez, alias Cabeza de Hacha, considerado el enemigo público número uno en la localidad. El hecho ha sucedido en el Barrio Andrés Eloy Blanco, aledaño a la Cuesta del Trapiche, en la zona sur de San Cristóbal (p.497).

Cabeza de Hacha - Yoser Linares
La misma foto del retrato en la lápida fue usada en la prensa regional para solicitar al rebelde ante la justicia . Yoser Linares (2017)

Sin embargo, la muerte de Cabeza de Hacha parece ser un misterio, pues luego de su entierro pasó a formar parte del culto de la corte calé, una de las 21 cortes espirituales, según comunidades venezolanas (grupos devotos a sistemas religiosos de origen africano). De manera que, algunos comentarios aseguran que Méndez se suicidó, aunque prevalece la versión más contada: “Se crío en el 23 de Enero, era un malandro que robaba para darle a los pobres, él era como Robin Hood. Su muerte fue a manos de la policía, gracias a la traición de su novia que lo entregó”, así comenta usuario en el foro «espiritismo» de la revista Ashé.

Mientras tanto con el pasar de los años Cabeza de Hacha sigue siendo visitado por personas adeptas a la corte calé o corte malandra (santos malandros), perteneciente al culto mariolencero, una las tres potencias -prácticas  religiosas en honor a María Lionza, Cacique Guaicaipuro, y Negro Felipe-. Otro usuario espiritista aseguró tener contacto con el difunto:

Su palabra es: “Que pasó panela”. No he tenido la oportunidad de preguntarle cómo fue su muerte, pero es ¡tremendo espíritu!, ¡tremendo pana! Él trabaja en el mundo espiritual de la mano de «Carmen, La Gata» otra malandra.

Camino de brujas

Cerca del páramo La Moralena, en la serranía La Maravilla del estado Táchira, hay un pueblo casi perdido entre niebla, selva y montaña, se llama Macanillo y se llega a él por una carretera ondulada al borde de precipicios. Hace años se iba por un camino siempre en ascenso desde la parte alta, al este de la ciudad de San Cristóbal.

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La Cruz de las Misiones

En la parte alta de la ciudad de San Cristóbal, en los límites de las montañas y donde la niebla cubre las alturas, había hace unos años una hacienda. Cerca de ella, pequeñas casas y más adelante se levantó una cruz en recuerdo a las Misiones, hoy, es una populosa urbanización que lleva por nombre Pirineos II.

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La casa embrujada de Barrio Sucre

Hace unos años compramos una hermosa casa al final de la calle principal de barrio Sucre. Era de dos plantas, su construcción de estilo colonial tenía en la fachada un amplio balcón. Mi esposo y yo visitamos la casa. Desde el primer momento nos agradó, pero, ¡qué ajenos estábamos de lo que allí ocurría!

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Los ahorcados de Pirineos

Era una noche fresca y húmeda de mes de octubre. El pavimento estaba mojado y en el reflejaban las luces de los automóviles. Marcos regresaba a la residencia después de estudiar durante varias horas con unos compañeros, tenía un mes de estar en San Cristóbal y conocía muy poco de ella. Caminaba a grandes pasos por la carrera 22 en dirección al Pasaje Acueducto.

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El descabezado del seminario

Hace años, cuando estudiaba en la Universidad Católica me ocurrió el siguiente hecho: «Bajaba las gradas que están cercanas a la capilla cuando sentí un escalofrió. Había oscurecido y muy pocos alumnos caminaban por los pasillos del antiguo seminario. Sentí la sensación de que alguien estaba junto a mí. De súbito me quedé paralizado y los vellos de los brazos se me erizaron. En el recodo de la escalera vi pasar una sombra fugitiva. Me di valor y seguí mi camino, posiblemente todo era producto de mi imaginación.

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El duende de Pericos

La aldea de Pericos situada al oeste de la ciudad de San Cristóbal, está a pocos kilómetros de ella. La limita el río Torbes, montañas y árboles. Pequeñas haciendas la cubren y su terreno inclinado estaba dedicado al cultivo del café. Los viajeros que iban hacia Colombia la atravesaban, por eso sus caminos siempre se veían concurridos y en su parte alta había un paradero donde los arrieros descansaban antes de continuar el viaje. El clima es fresco y la niebla baja hasta el suelo en las mañanas y en las tardes. Sus senderos están limitados por pomarrosas.

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El viejito de la cascada

A pocos kilómetros de la ciudad de San Cristóbal se encuentra un hermoso salto de agua: «El chorro del Indio«. Baja de una montaña en numerosos chorros de agua cristalina. Dicen que viene de una laguna encantada. Muchos han intentado visitarla. Algunos han regresado después de muchas penurias, otros han desaparecido para siempre.

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