Los Leones de Capacho
El paso de la culebra
Del mirador hacia El Pueblito la carretera desciende hasta El Tope para luego continuar en ascenso. En lo más profundo posee sinuosidades parecidas a las de un reptil, de ahí que reciba el nombre de «El paso de La Culebra». En este punto la carretera permanece casi en penumbra debido a los árboles. Desde este lugar parte un camino vecinal hasta el poblado. A sus orillas, bucares y guamos protegen al caminante de los rayos del sol.
La palmera de Capacho
Era una tarde húmeda y triste, la lluvia caía suavemente y la brisa llegaba en ráfagas, las montañas en la lejanía lucían borrosas. Teníamos rato paseando por las calles de Capacho. En el parque nos detuvimos contemplando la laguna mientras dejamos volar la imaginación recordando las leyendas que se tejen acerca de ella. Cuando pasamos por el frente del colegio de niñas mi amiga Laura me dijo:
El invitado de Capacho
Hace unos meses visité a mi madrina Isabel en Liberta, pueblo tachirense de calles inclinadas y clima fresco, famoso por su “piñita”, mejor conocido como Capacho Viejo. Al borde de la carretera de San Cristóbal – San Antonio se encuentra de un lado la plaza y del otro la iglesia recién construida. Su amable gente se dedica a la agricultura y la artesanía.
El pozo de los deseos
Una mañana fresca y luminosa llegamos a Peribeca. El pequeño pueblo en aquellas horas lucía radiante: el cielo azul intenso, las montañas verdesazules y la atmósfera transparente, la brisa traía olor a savia, a flores. Caminamos despacio por las calles semidesiertas hasta llegar a una casa de amplios corredores. Sus dueños amablemente nos invitaron a tomar un café y luego nos condujeron a la parte posterior de la casa. En terreno ligeramente inclinado estaban sembrados ciertos de frutales, más allá, sembradíos de hortalizas y un pozo. Don Luis dijo:
Liberales y Godos
Capacho, un simpático pueblo en un valle fértil e inclinado. Su clima fresco es propicio para el cultivo de legumbres, hortalizas y frutos. Sus habitantes se dedican a la agricultura y a la fabricación de cerámica, herencia de sus antepasados aborígenes de los Capuchos o Capachos.
El Cojito de Delicias
La aldea Betania, en la parroquia San José de Delicias, se levanta pintoresca al pie del páramo de la Santísima Virgen a 2.200 metros sobre el nivel del mar; muy cerca nacer rumoreante y cristalino el río Táchira. En las mañanas la niebla cubre el poblado que poco a poco va despertando, con el sol se esfuma la niebla y luce su agreste encanto.
La Pata del Judío
Dejaron atrás San Vicente de la Revancha y enfilaron por caminos escarpados hacia la Línea, única casa de todos los alrededores que sirve de reposo a los arrieros y contrabandistas que cruzan la frontera. Allí pasaran la noche Hilario y Tadeo. Doña Rosa los recibe sonriente en la puerta:
Pacto en El Valle
Baltasar era un muchacho campesino que vivía con sus padres en el caserío El Valle, a pocos kilómetros de San Cristóbal. Sus ansias de poder lo llevaron a realizar un curioso rito: