La manta de la guajira

La luna llena se ocultaba entre las nubes dejando la carretera en la más completa oscuridad, la brisa traía aromas de montañas. El automóvil en que viajábamos se deslizaba a bastante velocidad. Todo estaba en silencio. Al salir de una curva la luna se asomó entre las nubes y pudimos ver con espanto que en la carretera estaba una guajira con los brazos abiertos y la manta se mecía con la brisa. Como íbamos a mucha velocidad no pudimos esquivarla, sentimos el golpe y un cuerpo que cae. Metros más adelante frenó el automóvil y todos salimos a ver lo que había sucedido. Con la linterna alumbramos la carretera, no vimos nada.

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La luz del Cerro San Diego

En el corredor del amplio patio colonial conversábamos con nuestros anfitriones. Pasábamos unos días de descanso en casa de nuestros compadres en Seboruco. Una casa antigua, espaciosa, con un patio en el centro lleno de platas y flores. Esa noche todas las esencias de rosas, claveles, jazmines, perfumaban la casona. Los techos de aleros curvos dejaban ver sus helechos y musgos. El aire tibio y diáfano surcado apenas levemente por algunas lucecillas de cocuyos, que como mínimas constelaciones cruzaban el aire. Hacia el patio como una enorme mole oscura, la sombra del cerro de San Diego.

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El ovejo de la Piedra de Lima

Bajando de la Grita a Seboruco se encuentra la Piedra de Lima, más arriba una cueva que recibe el mismo nombre. Dos enormes bejucos cuelgan desde lo alto de la cueva a la piedra y en el centro se ve un ovejo acostado de lanas enmarañadas y sucias del atardecer colocan sobre sus patas delanteras. Las luces del atardecer colocan irisaciones rosado-amarillentas en su cuerpo lanudo. Rocas escarpadas y entre sus resquicios algunas malezas que sobreviven a las inclemencias del sol.

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La patrona de Seboruco

El feraz valle dormita entre montañas y brumas, de pronto, un repiqueo alegre llega hasta todos los rincones. De sus casas salen aprisa todos los moradores y se dirigen a la iglesia. Hoy están de fiesta, ha sido creada la parroquia de San Pedro de Seboruco, es un 14 de Marzo de 1.869.

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